jueves, 30 de junio de 2016

    Hola! En este post os voy a contar mi experiencia sobre la escapada que realicé por el Sur de Francia esta pasada Semana Santa.
            
     Como suelo realizar en cada viaje que hago, estuve mirando por Internet qué restaurantes había por la zona en los que no tuviera problemas para comer y para mi desesperación, no tuve mucha suerte en un primer momento puesto que íbamos por la zona de los castillos cátaros y el tema es que allí, la mayoría son pueblecitos tan pequeños que incluso cuesta encontrar un simple restaurante para comer.
           
      Así que imaginaros mi frustración, ya me veía comiendo ensaladas y poca cosa más. Por lo que, como suelo hacer en estos casos, me preparé una pequeña bolsa con lo imprescindible para no pasar hambre, por si las moscas.
          
    Ahora bien, he de decir que no fue tan mal como pintaba en un principio. Nos alojamos en Cucugnan, uno de los pueblos más pintorescos del sur del Aude flanqueado por dos de los castillos cátaros más importantes de la zona: Quéribus y Peyrepertuse. El primero es uno de los más inexpugnables y a la vez bellos castillos cátaros por lo que ya podéis imaginar que para llegar a él hay que subir unas cuantas piedras (porque a eso que hay no se le puede llamar escaleras...) y si toca un día ventoso como nos tocó a nosotros pues a pasar un poco de frío. Pero sólo por las vistas que ofrece de toda la región cátara vale la pena el esfuerzo. Y el de Peyrepertuse, es otro imponente castillo cátaro que aunque esté también en ruinas, la parte más baja de la construcción permanece intacta y a su vez, realizan actividades dentro del castillo. Por lo que, si estáis algún día por la zona, os recomiendo ambas visitas porque vale la pena.
           
      Y sobre Cucugnan, ¿qué decir? Que es un pueblecito muy cuco y pintoresco con un molino de los de antes que sigue en funcionamiento y en el que puedes comprar pan y bollería de los de antes. Eso sí; para nosotros no tienen nada de nada. Una pena porque todo tenía una pinta… Nyam!
            
   Pues bien, allí comimos en el restaurante que a su vez es posada “L’Auberge de Cucugnan”. Aunque mi francés no es muy bueno y las camareras no sabían tampoco mucho español, nos entendimos como pudimos y fueron muy amables adaptando el menú que ofrecían para mi e incluso, como todos los segundos platos llevaban algo de gluten me prepararon una tortilla de champiñones súper rica y de postre, como no, queso francés. Lo cierto es que acabamos tan llenos, que luego para cenar sólo pudimos tomar una pieza de fruta con un yogur!!!
            
    Al día siguiente, hicimos un poco de ruta y fuimos a visitar Termes y Lagrasse. En este último pueblo medieval es donde paramos a comer. Queríamos ir al “Le Temps des Courges” por las críticas que habíamos visto por la web, pero estaba cerrado. Así que fuimos a “Les Trois Graces” Un pequeño restaurante casero en el que tienes que ir pronto si no quieres quedarte sin mesa. Allí comimos genial y la dueña con el cocinero intentaron adaptarme la mayoría de los platos sin problemas y con una presentación impecable.
            
     En definitiva, iba con unas pésimas expectativas pero al final encontramos lugares en los que, tal vez en un principio los platos no fueran aptos para celíacos, pero con ayuda y predisposición de sus dueños pudimos comer sin problemas.

           
     Es más, como punto negativo del viaje, lo tuve ya en territorio catalán. En el área de servicio de la Junquera en la AP7 para ser más exactos. No tenían nada sin gluten y las camareras incluso pasaron del tema porque como no sabían qué productos podía tomar y cuáles no, se fueron a otra mesa sin más. Vamos, me sentí fatal. Y lo que veo vergonzoso es que en un área de servicio (y no es la primera ni la última que me he encontrado, por desgracia) no tengan nada para las personas celíacas. Ahí dejo mi crítica de hoy. 


                                           

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